Cogí el teléfono y volví a llamarte. Tan sólo quería oír tu voz. Sentir que las cosas no habían cambiado aunque nada fuera como antes.
Hace unos días que te fuiste de casa y el mundo parece haber dado una vuelta drástica y haber cambiado de rumbo hacia una nueva galaxia.
Tenía que haber seguido tu consejo, aceptar aquel billete y haber cogido el maldito vuelo contigo escapando de la realidad, de mi vida y de las responsabilidades. Pero me pudo más el miedo que el amor. O quizá es que no te amaba tanto como yo pensaba.
Pero me descubro a mí misma recorriendo cada recoveco de nuestro dormitorio, intuyendo tu forma en el otro lado de la cama y buscando resquicios de tu esencia en el aire. Quizá sí te quería tanto como yo pensaba.
Y ayer llamaron preguntando por ti y les tuve que decir que no estabas. No me atreví a decir nada más. Tenía que haber aceptado el billete y ahora estaría contigo y no encerrada en un mundo de ensimismamiento perpetuo bajo el yugo del reloj.
"El teléfono marcado no existe, por favor intente…" Es la misma cantinela cada vez que ruego por escuchar tus palabras.
Sí, definitivamente tendría que haber volado contigo. Y ahora yo, también estaría muerta en las profundidades del océano.
Hace unos días que te fuiste de casa y el mundo parece haber dado una vuelta drástica y haber cambiado de rumbo hacia una nueva galaxia.
Tenía que haber seguido tu consejo, aceptar aquel billete y haber cogido el maldito vuelo contigo escapando de la realidad, de mi vida y de las responsabilidades. Pero me pudo más el miedo que el amor. O quizá es que no te amaba tanto como yo pensaba.
Pero me descubro a mí misma recorriendo cada recoveco de nuestro dormitorio, intuyendo tu forma en el otro lado de la cama y buscando resquicios de tu esencia en el aire. Quizá sí te quería tanto como yo pensaba.
Y ayer llamaron preguntando por ti y les tuve que decir que no estabas. No me atreví a decir nada más. Tenía que haber aceptado el billete y ahora estaría contigo y no encerrada en un mundo de ensimismamiento perpetuo bajo el yugo del reloj.
"El teléfono marcado no existe, por favor intente…" Es la misma cantinela cada vez que ruego por escuchar tus palabras.
Sí, definitivamente tendría que haber volado contigo. Y ahora yo, también estaría muerta en las profundidades del océano.
[Escrito el 2 de Febrero del 2008 para Myspace]
3 comentarios:
Me lo volví a leer y me gustó todavía más que la primera ^^
Marta!!! tb por blogger!! a mis blogs amigos que vas XD
¡Uao! Es un texto magnífico, Dallia. Transmite muchísimo, pone la piel de gallina y el final... El final me parece perfecto. ¡Gracias por compartirlo, es impresionante! ;)
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